“PUES SÍ QUE ESTAMOS… BUENOS”
Resumen (y ampliación) de charla de Jesús Rojano, sdb
En Fuenlabrada 7 de Mayo de 2015
Y nos creíamos “los reyes del mambo”…los europeos. Pues resulta que un pensador coreano BYUNG.CHUL-HAN lo pone en tela de juicio, y mirando a Europa de frente dice cosas “ que dan mucho que pensar” y poniendo el dedo en la llaga saca sus conclusiones sobre nosotros y sobre Europa. Byung-Chul Han (Seúl, Corea del Sur, 1959) estudió Filosofía en la Universidad de Friburgo y Literatura alemana y Teología en la Universidad de Múnich. En 1994 se doctoró por la primera de dichas universidades con una tesis sobre Martin Heidegger. En la actualidad es profesor de Filosofía y Estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín. Es autor de más de una decena de títulos. Y desde esa atalaya de observación y conocimiento, desde su cultura oriental analiza la nuestra, la tan cacareada cultura avanzada y progresista “occidental”. Los títulos de sus pequeños ensayos, que apenas rebasan las 100 páginas, son un psicoanálisis inmisericorde de la realidad cultural, “tan postmoderna y occidental”
Títulos: Sociedad del cansancio-2010….Sociedad de la transparencia-2013- La agonía del eros-2014. En el enjambre (digital-internet))-2013-Psicopolítica-2012-14( el neoliberalismo y nuevas técnicas del poder)
Libro 1º Sociedad del cansancio, la de Occidente. Los seres humanos andamos de aquí para allá, en constate movimiento y viaje. Antes decíamos del capitalismo que nos explotaba, ahora sucede que nos explotamos a nosotros mismos, nos exigimos demasiado (dos trabajos, dos carreras, varios másteres…vivimos en una hiperactividad). Sufrimos la sensación de trabajar más de la cuenta…de donde luego se derivan los malos gobiernos. Antes las enfermedades nos venían de fuera, era bacteriológicas…ahora so autoinducidas, nosotros mismos nos exigimos un ritmo exagerado.
"La supresión de un dominio externo no conduce a la libertad; más bien hace que la libertad y coacción coincidan. Así, el sujeto de rendimiento se abandona a la libertad obligada o a la libre obligación de maximizar el rendimiento. El exceso de trabajo y rendimiento se convierte en auto-explotación. Esta es mucho más eficaz que la explotación por otros, pues va acompañada de un sentimiento de libertad."
Es un libro pequeñito pero muy denso en ideas y que sobre todo ofrece una visión muy aguda de la sociedad actual. Desde su prólogo se nos muestra el objeto del estudio, al hombre en la sociedad moderna identificado con el mito de Prometeo. Como este personaje mitológico encadenado a una roca y condenado por toda la eternidad a recibir cada día la visita de un buitre que le roe las entrañas... para sanar su herida por la noche
y vuelta a empezar al día siguiente, el hombre moderno no recibe ninguna visita maligna externa a él mismo, sino que la figura del buitre enviado por los dioses es sustituida por la lucha consigo mismo, el pájaro no sería más que la figura de un ego devorador que lo llena tanto de "sí mismo" que lo termina aniquilando y sumiendo en la desesperación. Un tormento que le mantiene en un estado permanente de agotamiento causado por su lucha interior y que solo se calma con la caída de la noche... si es que puede dormir, claro. A diferencia de otros filósofos que analizan los problemas y nos dejan al final en un callejón sin salida en una especie de final abierto a interpretaciones tan típico de la filosofía, B.C Han nos propone una posible solución que se va insinuando a lo largo del texto y finalmente se muestra... eso sí, sin decirnos como acceder a ella, eso ya dependerá de la lucha personal de cada cual. Este no es un tratado de autoayuda sino un ensayo filosófico y no hay recetas que sirvan para todo el mundo.
A pesar de psicosis varias sobre epidemias la época vírica, según el autor, hace tiempo que llegó a su fin... ahora vivimos en la época de las enfermedades neuronales.
Depresión, ansiedad, trastorno de la atención... todo ello con el mismo origen, una sobreexplotación del sistema nervioso, un exceso de impulsos "positivos", un constante huir hacia adelante sin frenos que termina colapsando al sistema, una incapacidad manifiesta para soportar el aburrimiento, para contemplar con atención pausada, un exceso de positividad que se transforma mediante la ausencia de contención en una forma nueva de pasividad. Contra ello el autor defiende el valor de la vida contemplativa, en contraposición a la vida activa, sobre todo en un aspecto, en la que denomina potencia negativa, no vista esta como incapacidad de hacer algo sino como capacidad de NO hacer algo, muy diferente de la simple impotencia en la que se desea y quiere hacer y no se puede
a) Caemos con relativa c frecuencia en la trampa de la hiperactividad para no fijar nuestra atención en la reflexión y contemplación. Así y de esta manera las personas se deprimen, se encuentra agotadas, con el síndrome de “estar quemados”. Esta sociedad anda con enfermedades psicológicas,
sin llegar a poseer el sentido de la vida. El “tú sí que puedes” (You can do it) es una
invitación a coger todos los caminos. Hay enfermedades que nos vienen de fuera y nuestro sistema inmunológico ha de protegerse ante lo negativo de la existencia.
Padecemos una sobreabundancia de lo idéntico. Y resulta que el enemigo somos nosotros mismos, no nos viene de fuera. Nos saturamos de estímulos. Nos convertimos en personas “multitaskink” ( multitareas) Se ve mal remedio a esta actitud y situación y ella misma explotará en el tiempo. B.C. Han se muestra contundente, la multitarea lejos de constituir un avance civilizado significa más bien un retroceso que nos hace retrotraernos al nivel de los animales de la jungla, siempre pendientes de varios asuntos simultáneamente por cuestión de pura supervivencia, o incluso a un
nivel inferior... ya que estos poseen una paz interior, derivada de una conciencia más simple, que ya quisiéramos tener nosotros.
b) Este autor no es cristiano ni creyente, pero al dar algunas soluciones…apunta casi a Santa Teresa misma. “Sólo una atención profunda puede ser fecunda”….la pura agitación no genera nada nuevo, en cambio la tranquilidad y el aburrimiento del silencio es fértil. Por lo que necesitamos concentración al estar oyendo alguna cosa, eso le pasa al deportista en su terreno. Los chicos son incapaces de aburrimiento, por la actividad que realizan y las cosas que llevan entre manos. Cezanne necesitaba horas y horas observando las cosas y paisajes, hasta interiorizar el paisaje y terminar pintándolo luego en su casa. Al perder la capacidad de escucha, se pierde la de crear que necesita del silencio, se pierde igualmente la profundidad y con ella relaciones interesantes. Con personas que no aguanten su silencio, no surge un pueblo o una comunidad, que sólo surge de personas capaces de cierta profundidad.
Libro 2º: La sociedad de la transparencia.
Transparencia y verdad no son idénticas. Esta última es una negatividad en cuanto se pone e impone declarando falso todo lo otro. Más información o una acumulación de información por sí sola no es ninguna verdad. Le falta la dirección, a saber, el sentido. Precisamente por la falta de la negatividad de lo verdadero se llega a una pululación y masificación de lo positivo. La hiperinformación y masificación y la hipercomunicación dan testimonio de la falta de verdad, e incluso de la falta de ser. Más información, más comunicación no elimina la fundamental imprecisión de todo. Más bien la agrava
Dos años han pasado desde la redacción y publicación de la anterior y el filósofo, ahora de nuevo más centrado en temas propios de la sociología, usa como "leitmotiv" de su obra este tema tan de moda en nuestro país debido al salto a los titulares de los periódicos, casi a diario, de asuntos relacionados con la corrupción política y su supuesta cura, la transparencia.
"El tiempo se convierte en transparente cuando se nivela como la sucesión de un presente disponible. También el futuro se positiva como presente optimado. El tiempo transparente es un tiempo carente de todo destino y evento. Las imágenes se hacen transparentes cuando, liberadas de toda dramaturgia, coreografía y escenografía, de toda profundidad hermenéutica, de todo sentido, se vuelven pornográficas. Pornografía es el contacto inmediato entre la imagen y el ojo. Las cosas se tornan transparentes cuando se despojan de su singularidad y se expresan completamente en la dimensión del precio. El dinero, que todo lo hace comparable con todo, suprime cualquier rasgo de lo inconmensurable, cualquier singularidad de las cosas. La sociedad de la transparencia es un infierno de lo igual"
Así veremos cómo se entremezclan términos como capitalismo, transparencia, positividad, exposición, pornografía, aceleración, intimidad, información, revelación... y finalmente control. Cada uno de los pequeños capítulos en los que se divide este pequeño ensayo, que no llega a las 100 páginas, analiza un aspecto de la sociedad actual en relación con un determinado epíteto y muestra el camino lógico que ha seguido el autor para llegar a sus conclusiones, si un servidor fuera un lector más ducho en obras filosóficas me parecería que algunas de ellas son verdaderamente brillantes, como por supuesto no lo soy he de aseverar tal cosa con bastante precaución ;-)
Preciosa me parece, por ejemplo, su apología del misterio en la palabra en contraposición a la simple información seca y desnuda... signo de "transparencia":
"La capa figurada erotiza la palabra, elevándola a la condición de un objeto de deseo. La palabra actúa con mayor poder de seducción cuando está revestida figurativamente. La negatividad de la reconditez transforma la hermenéutica en una erótica. Descubrir y descifrar se realizan como un desvelamiento agradable. En cambio, la información es desnuda. La desnudez de la palabra le quita todo encanto, la allana."
La transparencia, tomada en el sentido que lo hace el autor es sinónimo de igualación, mecanicismo, pérdida de significado, positividad forzada, algo plano y romo, sin aristas cortantes... pero también sin profundidad, soso y pobre. No... de ninguna forma Byung-Chul Han asocia en su ensayo a la transparencia con ninguna virtud, con ningún bien intrínseco. De forma, harto discutible también, defiende veladamente incluso la ocultación en la estrategia política ya que la total transparencia impide toda estrategia,
nos hace entrar en el terreno de la "postpolítica"... de la simple administración tecnocrática fría, calculadora y aséptica.
La sociedad de hoy a través de Internet, las redes sociales, las cámaras de vigilancia omnipresentes por todas partes y demás artilugios ha hecho realidad no solamente el panóptico imaginado por Bentham, sino incluso el sistema de vigilancia del "Gran Hermano" imaginado por George Orwell en su excelente novela 1.984... más aún, esos sistemas de vigilancia unidireccional y asimétrica en la que unos pocos vigilan a muchos ha sido mejorado por la actual sociedad de control, o que deriva hacia el mismo, una sociedad en la que no solamente en aras de la transparencia el poderoso vigila desde arriba... sino que él mismo es cada vez más vigilado desde abajo, y además donde no se impone la vigilancia de forma coactiva como en los modelos de Benthan y las cámaras imaginadas por Orwell sino que son los mismos vigilados los que voluntariamente se someten a la vigilancia a cambio de a su vez vigilar a otros...
"Hoy, el globo entero se desarrolla en pos de formar un gran panóptico. No hay ningún afuera del panóptico. Este se hace total. Ningún muro separa el adentro y el afuera. Google y las redes sociales, que se presentan como espacios de la libertad, adoptan formas panópticas. Hoy, contra lo que se supone normalmente, la vigilancia no se realiza como un ataque a la libertad. Más bien, cada uno se entrega voluntariamente a la mirada panóptica. A sabiendas, contribuimos al panóptico digital, en la medida en que nos desnudamos y exponemos.
La sociedad de la transparencia consiste en saberlo todo enseguida, lo que hace perder la narratividad a la marcha de los hechos, y también la memoria. Se produce una sucesión de hechos rápidos. Todo se nivela, al perder acento los hechos diversos. Ante el intento de saberlo todo, lo mejor es olvidarlo todo, sin memoria reflexionada.. Fotos planas de face-book para olvidar, visto y no visto. Los fotógrafos del principio de siglo XX, eran pensadas, preparadas, hechas con arte, cina historia detrás. Los Twiter carecen de historia, son puros flash, de simples cotilleos y gran aceleración. Esto produce una histeria y pérdida de capacidad contemplativa. Supone tener que exponerse continuamente a la observación de los demás. Resulta obsceno y produce vergüenza, falta de pudor y de confidencialidad. Todo se banaliza al exponerse abiertamente en las redes sociales. La novela 1984 destaca lo panóptico, dormir en semicírculo, vigilados todos por el Gran Hermano. Ahora resulta que nos vigilamos nosotros mismos. El cerebro de Google conoce nuestra vida allá en su gabinete californiano, que se va quedando con nuestras búsquedas aparentemente secretas. Es una vergüenza el que estén controlados cientos y cientos de millones.
En una sociedad que nos anima a decir que sí a todo , es necesario educar a “saber decir que no”. Necesidad de ejercitarse en actitudes de la distancia, chicos de 15 años sobre todo. Y educar hacia un consumo moderado. A veces en Face-book consta tan sólo a la hora de votar: ME GUSTA, se siente alergia al NO ME GUSTA. La ingeniería social busca manipular nuestra libertad de pensamiento.
Libro 3º.- La agonía del eros. Destaca la pérdida de calidad amorosa. Basta observar la sociedad europea conceptos de pareja, amistad, relación de padres e hijos. Hay un predominio de narcisismo y de autorreferencialidad, al vivir tan de prisa, al agitarnos tanto. Se dan relaciones de pareja para aprovecharse de ellas. Resultan ser personajes posmodernos con pérdida de deseo sexual y afectivo. Hoy día giramos alrededor de nosotros mismos. Somos dados a la pornografía del exhibicionismo. Se degrada el valor de la afectividad humana en el plano antropológico. Todo se ofrece para ser olvidado rápidamente.
Antes en las relaciones de pareja, había un cortejo, un respeto a las chicas que daba un mayor sabor a la relación. Hay una cierta vaciedad y una pérdida de interacción ( el “aquí te pillo, aquí…). Se produce un salto desde pensamiento humano de dirigirse hacia uno mismo a decir “me voy a abrir a los otros”. Hay cierto paralelismo entre la degradación del pensamiento y éste al conectarse con el eros. Se degrada el pensamiento al tiempo que se exalta el eros. Pues la filosofía y la literatura no generan nada nuevo. Los “best-seller” son de poca calidad literaria, estilo de Zane Grey y Juego de Tronos. Son para sólo consumo, leer y tirar. No surgen ahora ni Cervantes ni Shakespeares
Hay que analizar a Internet, medio de comunicación que embriaga y ciega Y pierde el respeto. No se guarda las distancias ni el respeto a los demás. “Tormenta de mierda” parece el Twiter: espacio en el que la gente se dispara y ataca con una reacción instantánea. Facilita el “todos contra uno”, sea quien sea, sobre todo los políticos, a base de insultos. “Nadie piensa dos veces” sino lo primero que se le ocurre. Antes, argumenta Illouz, estábamos ligados a nuestro entorno, de forma que el número de partenaires que podíamos conocer era limitado; hoy existen muchísimas más posibilidades de elección gracias a internet y eso, entre otros factores, nos ha hecho mucho más utilitaristas. Para Han, el problema va mucho más allá, ya que vivimos en una sociedad narcisista, donde la libido se invierte en la propia subjetividad y el mundo se presenta sólo como una proyección de sí mismo. Esa “erosión del otro” es la que mata al Eros, porque el narcisista no puede encontrar nada fuera que sea distinto de sí, y por lo tanto no hay nada que pueda amar. La mejor prueba de esa erosión del otro está en el porno, que es la antípoda del Eros porque aniquila la sexualidad misma. Bajo este aspecto, dice Han, es incluso más eficaz que la moral: lo obsceno en el porno no es el exceso de sexo, sino que allí no hay sexo. La sexualidad hoy, no está amenazada por aquella razón pura que, adversa al placer, evita el sexo por ser algo sucio sino por la pornografía.
Esa ‘erosión del otro’ es la que mata al Eros, porque el narcisista no puede encontrar nada fuera que sea distinto de sí, y por lo tanto no hay nada que pueda amar El porno es expresión exacta del narcisismo típico de nuestra época, que es el correspondiente a una “sociedad del rendimiento”. Antes, la palabra mágica era “deber”: estábamos constreñidos por lo que teníamos que hacer, obligaciones morales cargadas de prohibiciones; hoy, dice Han, estamos obligados a “poder”, esto es, a rendir, a conseguir resultados, a llegar más allá. Esta actitud, que es muy evidente en lo laboral, es también constitutiva de nuestras relaciones afectivas. Según Ha n, el amor se positiva hoy como sexualidad, una operación que está sometida a su vez al dictado del rendimiento y donde el cuerpo equivale a una mercancía. Tenemos que rendir sexualmente hasta satisfacernos al máximo. En ese contexto, el deseo del otro es reemplazado por el confort de lo igual. Las causas del desencanto Insistir en el rendimiento no puede más que hacernos caer en la decepción, tan frecuente en la sociedad actual. Para Han, la principal causa del desencanto no es el aumento de las fantasías sino que las elevadas expectativas. Queremos rendir, disfrutar al máximo, con lo cual no es extraño que la realidad venga después revestida de un aire decepcionante. Pero eso no tiene nada que ver con la fantasía (“el porno, que en cierto modo lleva al máximo la información visual, destruye la fantasía erótica”), sino con la ausencia de una negatividad que nos obligue a salir de esa dinám ica repetida. Sólo la aparición del Eros, que es la aparición del otro, rompe con esa tarea contable y mecánica. Sólo la existencia de un otro no instrumentalizable puede sacarnos de ahí, afirma Han. Byung Chul Han. (Ed. Herder) Los males que aquejan al amor y al Eros no permanecen sólo en el terreno de los sentimientos y las experiencias sexuales, sino que tienen también su traducción en el ámbito del intelecto. Según Han, el pensamiento calculador, que es el que carece de esa resistencia que introduce la mera existencia del otro, se convierte en repetitivo y aditivo y nos conduce directamente hacia el final de la teoría.
Libro 4º El enjambre (digital) Crea una sociedad de la indignación, del enfado, de la ira…que no engendra unos proyectos de organización. Los Ready Yourselves son un enjambre de unidades que luego se disuelven. Las redes dan opinión sobre todo Podemos las utilizaron al principio con su alergia hacia los
políticos, pero da la sensación de que han llegado para quedarse, y hacer nuestros los cambios que ellos proponen ¡Mentira! Son un peligro de una política oportunista sin proyectos serios de transformación hacia el futuro.
En el enjambre es una de las visiones más lúcidas del futuro inmediato que nos espera, que en gran parte ya está entre nosotros. Un futuro en el que los conceptos de intimidad y privacidad tendrán que ser redefinidos, ya que difícilmente podrán ser protegidos de la maraña tecnológica que nos facilitará la vida y que también nos creará nuevas servidumbres.
Lo que se nos vende como una absoluta conexión con el resto de la humanidad a veces esconde la trampa de la más absoluta soledad del individuo, aunque se trate de una soledad expuesta a la mirada pública. No es que el hombre del siglo XXI llegue a sentirse solo, pero el narcicismo continuo al que invitan las redes sociales hace que nos aislemos en nuestros propios intereses y obsesiones y que palabras como solidaridad vayan desapareciendo del vocabulario más común. Así solo queda un ansia constante de experiencias nuevas y expectativas casi en exclusiva a corto plazo: nada de pensamientos complejos, nada de actividades que requieran la dedicación de muchas horas, pero a su vez dependencia absoluta de unos aparatos que, a la vez que nos conectan al mundo, nos crean toda la ansiedad del mundo
Byung-Chul Han, el filósofo de moda, resulta ser un lúcido observador de estos excesos contemporáneos y denuncia que estas presuntas libertades al final pueden trocar en algo muy distinto:
"Hoy, en efecto, estamos libres de las máquinas de la era industrial, que nos esclavizaban y explotaban, pero los aparatos digitales traen una nueva coacción, una nueva esclavitud. Nos explotan de manera más eficiente por cuanto, en virtud de su movilidad, transforman todo lugar en un puesto de trabajo y todo tiempo en un tiempo de trabajo. La libertad de la movilidad se trueca en la coacción fatal de tener que trabajar en todas partes. En la época de las máquinas el trabajo estaba ya delimitado frente al no-trabajo por la inmovilidad de las máquinas. El lugar de trabajo, al que había que desplazarse, se podía separar con claridad de los espacios de no trabajo. En la actualidad esta delimitación está suprimida por completo en muchas profesiones. El aparato digital hace móvil el trabajo mismo. Cada uno lleva consigo de aquí para allá el puesto de trabajo como un campamento. Ya no podemos escapar del trabajo." Tampoco podemos escapar del ocio, de la novedad constante, de los cambios de estado y de las valoraciones que puedan tener en facebook nuestras más nimias acciones. Todos estos estímulos aplastan nuestra capacidad crítica, nos domestican y nos vuelven seres aislados y previsibles. A veces un exceso de información es tan perjudicial como la falta de la misma, puesto que los detalles importantes se pierden en el mar de datos: "El exceso de información hace que se atrofie el pensamiento. La capacidad analítica consiste en prescindir, en el material de la percepción, de todo lo que no pertenece esencialmente a la cosa. En definitiva, es la capacidad de distinguir lo esencial de lo no esencial. El diluvio de información al que hoy estamos expuestos disminuye, sin duda, la capacidad de reducir las cosas a lo esencial. Y, de hecho, pertenece esencialmente al pensamiento la negatividad de la distinción y la selección. Así, el pensamiento es siempre exclusivo.
Más información no conduce necesariamente a mejores decisiones. Hoy se atrofia precisamente la facultad superior de juicio por la creciente cantidad de información. Con frecuencia un menos de información produce un más. La negatividad de la omisión y del olvido es productiva. Más información y comunicación no esclarecen
el mundo por sí solas. Y la transparencia tampoco lo hace clarividente. El conjunto de información por sí solo no engendra ninguna verdad. No lleva ninguna luz a la oscuridad. Cuanta más información se pone a disposición, más impenetrable se hace el mundo, más aspecto de fantasma adquiere. En un determinado punto, la información ya no es informativa, sino deformativa; la comunicación ya no es comunicativa, sino acumulativa."
Pero de lo que poca gente es consciente es de la monstruosa maraña de datos que todos y cada uno de nosotros como un rastro que, quien sabe seguirlo, va a llevar directamente a nuestros gustos, a nuestros hábitos y, a veces, a nuestras más estricta intimidad. Los llamados Big Data se van sofisticando a pasos agigantados: "Cada clic que hago queda almacenado. Cada paso que doy puede rastrearse hacia atrás. En todas partes dejamos huellas digitales. Nuestra vida digital se reproduce exactamente en la red. La posibilidad de una protocolización total de la vida suplanta enteramente la confianza por el control. En lugar del Big Brother aparecen los big data (grandes datos). La protocolización total, sin lagunas, de la vida consuma la sociedad de la transparencia."
Libro 5º Psicopolítica ( sobre el capitalismo actual) Los que mandan disponen de sistemas para manipularnos y presumen de saber lo que nosotros queremos. Hoy un móvil lo tiene todo. El poder sabe nuestros gustos y preferencias para manipularlas. Hablar por skype: se mira a la pantalla sin más y apenas se nos ven los ojos. Es el hombre nuevo que va surgiendo de vocación “cazador”. Tener fotos de amigos en el móvil agrada siempre a los adolescentes. Se pierde el respeto a las personas, en las redes se es invasivo, se rompen distancias. Se tiene la imagen sin sombras, la tocamos y retocamos, el sólo reflejo de la imagen del móvil seduce de por sí. Pero es necesario dejar el narcisismo y educar para aprender a mirar al otro y apreciar su presencia y no dejar que el montaje del mueblario lo absorba todo en cuanto a medios técnicos se refiere.
Un terrorífico ejemplo que el filósofo de origen coreano expone en su ensayo: Acxiom es una empresa que posee datos personales de 300 millones de ciudadanos, prácticamente todo Estados Unidos. Sabe más que el FBI. Es como un servicio secreto que se vende a quien esté dispuesto a contratar sus servicios. ¿Qué pasará cuando los algoritmos del Big Data sean capaces de predecir tendencias sociales o actos individuales? ¿Existirá la justicia preventiva, como en Minority Report de Steven Spielberg? Internet de las cosas hará que cada aparato, cada electrodoméstico esté conectado a la red. Las neveras de un futuro inmediato nos dirán cuando tenemos que volver a comprar comida, o quizá los mismos botes de refresco sean los que nos digan que hay que ir al supermercado para reponer. Las Google Glass, están a un paso de esos implantes que llevan los personajes de Black Mirror, que les permiten estar permanentemente conectados a la red a través de sus ojos y a su vez grabar todo lo que ven. Byung-Chul Han define nuestra existencia como la de los prisioneros del Pa nóptico de Bentham, con la diferencia de que nuestras cómodas celdas son de cristal.
Chris Anderson, redactor jefe de Wired, la Biblia de la tecnología. Define una nueva ciencia, capaz de arrastrar a muchas otras disciplinas, la psicopolítica digital: "Queda atrás toda teoría de la conducta humana, desde la lingüística hasta la sociología. Olvide usted la taxonomía, la ontología y también la psicología. ¿Quién puede decir por qué los hombres hacen lo que hacen? Lo hacen simplemente, y podemos constatarlo y medirlo con exactitud sin parangón. Cuando disponemos de suficientes datos, los números hablan por sí mismos ."
Se ha dejado atrás la Biopolítica y nos dirigimos a la era de la Psicopolítica, . El psicopoder es más eficiente que el biopoder ya que, con ayuda de la vigilancia digital, controla y mueve a las personas desde dentro, incidiendo en los procesos psicológicos inconscientes. Siempre son bienvenidas las miradas que encarnan una filosofía “negativa” y apuntan a los aspectos más cuestionables de la sociedad del siglo XXI. En este contexto los libritos d e este filósofo son un soplo de aire fresco… aunque algunos de esos aires nos recuerdan a cosas ya escritas a lo largo del siglo veinte respecto a la cultura de masas, desde el apocalipticismo de Adorno y Horkheimer hasta las “transparencias” de Baudrillard.
Para terminar, queda zumbando en el oído el recurrente reclamo de Byung-Chul Han a parar la máquina, hacer silencio y desacelerar el pensamiento. Esta idea tan romántica y decimonónica -que propone volver a un pasado idealizado donde aparentemente reinaba la tranquilidad, el silencio y el slow time, y por lo tanto se podía pensar en paz- me recuerda demasiado a las críticas de Theodor Adorno a las “síncopas perturbadoras” y a los “monótonos estímulos” del jazz… En breve: se necesitan intelectuales que sean capaces de pensar no sólo sobre sino también desde las condiciones culturales de la sociedad contemporánea. O sea, necesitamos intelectuales -como Alessandro Baricco, Agustín Fernández Mallo, Eloy Fernández Porta, Vicente Luis Mora, Jorge Carrión o Alejandro Piscitelli- que piensen desde el multitasking, la hiperatención y la fragmentación entrópica.
A diferencia del anterior, este es libro de Byung-Chul Han que más puede gustar y les recomiendo comenzar por éste. ¿Por qué? Porque en cierta manera retoma y resume sus principales ideas. ( es una opinión de un crítico). Byung-Chul Han comienza hablando de la ilusión de libertad (“el sujeto del rendimiento, que se pretende libre, es en realidad un esclavo”) y la absolutización del trabajo (“el sujeto neoliberal como empresario de sí mismo no es capaz de establecer con los otros relaciones que sean libres de cualquier finalidad” p. 12-13 “El neoliberalismo, y no la revolución comunista, elimina la clase trabajadora sometida a la explotación ajena. Hoy cada uno es un trabajador que se explota a sí mismo en su propia empresa. Cada uno es amo y esclavo en una persona. También la lucha de clases se transforma en una lucha interna consigo mismo” (p. 17).
En cierto momento Byung-Chul Han se aleja de Marx para acercarse a Foucault: la libertad y la comunicación ilimitadas “se convierten en control y vigilancias totales” (p. 21). Además, el “neoliberalismo convierte al ciudadano en consumidor … sólo reacciona de forma pasiva a la política, refunfuñando y quejándose,
igual que el consumidor antes las mercancías y servicios que le desagradan” (p. 23). Como síntesis de estos cambios “nos dirigimos a la época de la psicopolítica digital. Avanza desde una vigilancia pasiva hacia un control activo” (p 25). La psicopolítica tiene sus instrumentos. El Big Data es uno de ellos, uno muy importante, ya que “permite adquirir un conocimiento integral de la dinámica inherente a la sociedad de la comunicación. Se trata de un conocimiento de dominación que permite intervenir en la psique y condicionarla a un nivel pre-reflexivo” (p. 25). Con el Big Data “el futuro se convierte en predecible y controlable” (p. 25)
Si la dominación tradicional se basaba en la demografía y la estadística, la psicopolítica se funda en el Big Data. Como ya les dije en este contexto algunos gadgets (el smartphone en primer lugar) se convierten en “objetos de devoción”, ocupando el mismo lugar que el rosario en la tradición católica. El “me gusta” es el “amén digital” y Facebook, “la iglesia, la sinagoga global de lo digital” (p. 26) …y “el neoliberalismo es el capitalismo del me gusta” (p. 30). La biopolítica de Foucault -la forma de gobierno de “la sociedad disciplinaria”- es cosa del pasado: es “inadecuada para el régimen neoliberal que explota principalmente la psique” (p. 38). Byung-Chul Han lo dice claro: “Foucault no realizó el giro a la psicopolítica” (p. 40).
En otros capítulos Byung-Chul Han no ahorra críticas al cuerpo estetizado, los libros de autoayuda, el consumismo, la ludificación y la hegemonía de un pensamiento que pone las emociones por encima de cualquier otro tipo de vivencia, para terminar en un concepto que atraviesa toda su obra: la emergencia del “panóptico digital” (p. 62). De frente a tanto libro e investigación sobre lo emocional Byung-Chul Han no duda y clava el cuchillo en lo más profundo: “las emociones son esencialmente fugaces y más breves que los sentimientos… En el capitalismo del consumo se venden significados y emociones… La emoción se convierte en medio de producción” (p. 70). Para terminar Byung-Chul Han vuelve al Big Data y arremete contra la supuesta “muerte de la ciencia” (y “de la teoría”) anunciada por Chris Anderson en Wired, un tema que el filósofo surcoreano ya había tratado en el volumen La agonía del Eros (ver la primera parte de la reseña).
Propuestas: ( para dentro de casa y cercanías)
a) Recuperar las pausas en nuestra vida de acción moderna
b) El misterio habla siempre en el silencio, nunca en el ruido.
c) Desarrollar la capacidad de ser críticos, aprendiendo a decir “que no”.
d) El rendimiento y la aceleración son incompatibles, no dejarse seducir.
e) Ejercitarse en actuar unidos en los proyectos que se realicen.
No olvidar lo que el filósofo Heidegger decía por los años 60:
“Sólo un Dios puede salvarnos”.
…metidoenellaberintodelaacualidadaquítenemosunbuenyserioanalisissegúnjaviserna…
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