viernes, 20 de noviembre de 2020

Y POR QUÉ NO NOS IMPLICAMOS CADA UNO ACOGIENDO A LOS JÓVENES QUE PASAN POR NUESTRA PLATAFORMA SOCIAL?

 Hay jóvenes que vienen   por la mañana; otros, por la tarde. Unos reciben clases regladas; otros realizan talleres  o  reciben clase de refuerzo y de  habilidades sociales.

La cuestión es que parece que es un asunto  sólo y exclusivamente de los profesores y monitores . ¿Y los demás miembros de la comunidad parroquial, no podremos arrimar el hombro  para que se sientan  queridos?

Se me ocurre una manera.

Podemos  cada familia apadrinar a un joven para  crear lazos de afecto y de cuidados. Conocer a su familia y estar dispuestos a la ayuda del tipo que sea. Tener momentos de compartir e intercambiar nuestras culturas y tradiciones.

 Los abuelos podríamos abuelizar a un joven para tener especiales lazos con el y su familia. Crearíamos relaciones que nos enriquezcan mutuamente. 

 los jóvenes  del Centro Juvenil podrían hermanarse con los jóvenes de la mañana o de la tarde y crear actividades  determinadas que les  permitirían conocerse y apreciarse.

El cómo hacerlo es cuestión de soñar despiertos y concretar, para que en la nueva normalidad comencemos a actuar  preparando desde ya el camino.


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