2.– un largo
camino por delante.
Nuestro tiempo nos pide vivir los problemas como desafíos y no como obstáculos. El señor está vivo y obra en el mundo. (…) salid fuera…, encontraos con todos. Que no quede nadie excluido. Acompañad a todos. No construyáis muros ni fronteras, sino plazas y hospitales de campaña. (Francisco)Salir de nuestras comodidades como Abraham y rezar estas reflexiones para ponerlas en común, cada uno desde su experiencia personal construyendo sinodeidad (Construir una nueva visión con las aportaciones de todos y las inquietudes y necesidades de los alejados y de los pobres y excluidos que no conocen al Señor)
¿Cómo me siento para iniciar este camino, como Abraham, dejo
mis comodidades?
Me cuesta dejar de hacer lo que siempre he hecho y como lo he hecho. NO me gusta arriesgarme a meterme en compromisos que nunca he asumido.No quiero dejar de tener tiempo para mí. Me cuesta plantearme qué puedo hacer para que mi comunidad sea más dinámica, en qué puedo ser animador de estos cambios. ¿Qué cambios tengo que hacer en mi persona en mi vida diaria y normal?
Tengo bastante inercia y me justifico que soy jubilado, que ya no son edades... pero noto que el Señor me cuestiona y pide que me deje guiar y me fíe para asumir nuevos retos.
Tengo bastante inercia y me justifico que soy jubilado, que ya no son edades... pero noto que el Señor me cuestiona y pide que me deje guiar y me fíe para asumir nuevos retos.
¿Cómo podemos transformar nuestro barrio,
vecindario, familia, catequesis para que todas las dificultades las
transformemos en oportunidades de cambios que RESPONDEN A verlo
todo con la mirada de Jesús?
Lo primero es dejarme transformar por la mirada de Jesús en la oración. De ello surge una transformación de mi persona en la que nacen actitudes y gestos como los de Jesús. Al vivir así, mis relaciones con los vecinos se hacen cercanas, comprensivas, de ayuda y de escucha para estar siempre atento a cómo echarles una mano. Esas actitudes tienen que habitar mi vida y actuar como algo natural con todos.
Habrá que identificar las dificultades que hay en cada sector y tratar de poner soluciones creativas:
por ejemplo, en catequesis vemos que muchos padres no se implican y no tienen nada claro su compromiso como amigos de Jesús y vienen a catequesis porque sus hijos se han empeñado. Podremos establecer lazos de amistad con cada familia a base de un empeño y cercanía de la catequista. En las reuniones de padres tenemos que conseguir atraerlos planteando temas que les interesan y son sus grandes preocupaciones. Pero tenemos que gastar muchas energías y tiempo en ello y no conformarnos con lo que hemos hecho siempre.
Hay que estar y formar parte de las asociaciones del Barrio como El Consejo del Barrio,, la asociación de Tercera Edad y de la Mancomunidad de vecinos del Naranjo. Tenemos que enriquecer esas asociaciones con nuestro compromiso e iniciativas.
Habrá que identificar las dificultades que hay en cada sector y tratar de poner soluciones creativas:
por ejemplo, en catequesis vemos que muchos padres no se implican y no tienen nada claro su compromiso como amigos de Jesús y vienen a catequesis porque sus hijos se han empeñado. Podremos establecer lazos de amistad con cada familia a base de un empeño y cercanía de la catequista. En las reuniones de padres tenemos que conseguir atraerlos planteando temas que les interesan y son sus grandes preocupaciones. Pero tenemos que gastar muchas energías y tiempo en ello y no conformarnos con lo que hemos hecho siempre.
Hay que estar y formar parte de las asociaciones del Barrio como El Consejo del Barrio,, la asociación de Tercera Edad y de la Mancomunidad de vecinos del Naranjo. Tenemos que enriquecer esas asociaciones con nuestro compromiso e iniciativas.
¿Qué podemos hacer nosotros para que los
alejados, los pobres, los no creyentes sientan nuestro afecto y nuestra ayuda?
Cada uno tenemos que ir contagiando nuestra alegría, bondad, acogida, escucha, coherencia y todos los gestos que el Espíritu de Jesús nos inspira en todo lo que hacemos y decimos. Es el encuentro en la calle y en las distintas situaciones de convivencia donde debemos hacer exclamar a quien nos trata: " va haciendo siempre el bien".
Cada uno tenemos que ir contagiando nuestra alegría, bondad, acogida, escucha, coherencia y todos los gestos que el Espíritu de Jesús nos inspira en todo lo que hacemos y decimos. Es el encuentro en la calle y en las distintas situaciones de convivencia donde debemos hacer exclamar a quien nos trata: " va haciendo siempre el bien".
Tendremos que acogerlos e invitarlos en diferentes grupos o propuestas que den respuesta a sus necesidades como personas desde nuestra comunidad parroquial: Cáritas, grupos de apoyo escolar, talleres de alfabetización, español para extrnjeros, grupo de libroforum, grupo interconfesional, taller de lo que necesita la gente.
Compartir más lo que somos y tenemos y, sobre todo, nuestro tiempo.
Pensar cómo acompañar y ayudar a inmigrantes. Cómo ayudar a las familias a crecer en su misión educativa y afectiva. Acompañar a familias monoparentales.
Debemos pensar en alguna iniciativa para personas jubiladas: hacer que se encuentren por grupos de aficiones e intereses, que se conozcan y sigan siendo creativos y dar de sí a los demás todo lo que puedan mientras tengan salud.
Para ello se necesita un gran equipo de cristianos que se sientan llamados a ayudar y somos pocos. Pero los pocos, podemos tirar adelante con algún proyecto concreto.